lunes, 21 de agosto de 2017

Tony Erdmann: consultores y payasos




Winfried Conradi (Peter Simonischek) es un peculiar profesor de música alemán, hippy, extravagante, y aficionado a gastar bromas haciéndose pasar por otras personas. Vive sólo con su viejo perro, alejado de su hija Inés, consultora en Bucarest. En un momento dado, decide hacer una visita sorpresa a su exitosa hija, directiva de una importante empresa consultora. Inés (Ingrid Visu), tiene un alto nivel de vida, gran dedicación a su trabajo, y está muy bien considerada en el mundo de la consultoría. Parece que todo le va bien, pero el reencuentro entre el anárquico padre e su trabajadora hija promete…


Así arranca la premiada película germano-austriaca “Toni Erdmann”, dirigida por la directora, productora y guionista Maren Ade. La película que comienza con un tono amable entra poco a poco en un terreno más duro, y acaba realizando un retrato descarnado del mundo de las consultoras y su papel en la reducción y reestructuración de empresas. La película habla del precio personal que directivos y responsables tienen que pagar para sobrevivir en situaciones de crisis y gran competencia. Muestra también el contraste entre el modo de vida de los expatriados en Bucarest y la relativa pobreza de la ciudad y del país. Pone en cuestión la cultura cerrada corporativa, las técnicas de moda en el sector para “crear equipo”, y las relaciones de casi servilismo entre jefes y subordinados.


El guión es por momentos brillante, con momentos de la vida profesional muy bien estudiados y realistas, pero en otros momentos introduce elementos surrealistas e impactantes. Tiene algo de fábula, como en su clara referencia al cuento “el traje nuevo del emperador”. A veces cruel, incluso sórdida, la película no deja de entrar dónde quiere, no plantea moralinas irreales, no se pone límites políticamente correctos, ni se corta cuando hay que desnudar psíquica o físicamente a un personaje. Aun así los personajes resultan humanos y a veces entrañables, y deja un espacio a la esperanza.


Es una película realmente impactante, perfectamente escrita, dirigida e interpretada, original, poco habitual, con algunas escenas memorables, que inquieta e incomoda, pero también divierte y emociona al espectador. La obra ha recogido ya varios merecidos premios.


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