miércoles, 11 de enero de 2017

PATERSON


Aunque no hay muertes, ni violencia, ni sexo, esta película no es apta para todos los públicos.

¿El motivo? Paterson es una oda a la normalidad y eso no vende. Estamos tan acostumbrados a que el cine nos cuente grandes gestas o historias tan fantásticas o extraordinarias, que la posibilidad de pasar 113 minutos viendo cómo transcurre la semana de un sencillo conductor de autobús, probablemente provoque un bostezo general en el público.

Paterson, el conductor, que vive en Paterson, el pueblo (sí, una de esas ocurrencias de padres que acaban suponiendo una pesada etiqueta para sus hijos) cada día madruga, desayuna un tazón de cereales (siempre los mismos), acude al trabajo (donde no suele ocurrir nada interesante), hace un descanso a la hora de la comida, vuelve al curro y cuando acaba su jornada regresa al hogar. Aunque son una serie de rituales que no por repetitivos dejan de resultar tiernos, se trata de un argumento que, posiblemente, a muchas personas no les resultará interesante porque es casi como contemplar tu vida a través del espejo. 

Esta película me trajo a la memoria La Náusea de Jean-Paul Sartre, en la cual Antoine Roquentin, el protagonista, escribe un diario en el que relata sus actividades diarias y da a conocer sus reflexiones más profundas sobre todo lo que le rodea. Su vida transcurre entre el trabajo y los paseos por la ciudad, con paradas en algún que otro parque o café que inspiren su pensamiento. 

¿Qué es la náusea? El ser humano cumple con la sociedad, respeta sus reglas, trabaja y no olvida sus responsabilidades. Al cumplir con su rutina acaba convirtiéndose en monótono y esa monotonía lo vuelve débil. Pensar únicamente en reivindicar la existencia (méritos y logros) ante los otros, produce en Sartre un profundo asco, una enorme repulsión hacia la cotidianidad, banalidad e hipocresía de la sociedad. No hay que demostrar nada a nadie. El hombre existe por sí mismo, no por los demás.

Creo que a Sartre le gustaría la crónica de Jim Jarmusch. Lo pienso porque Paterson es un cuento sobre esas pequeñas batallas que, calladamente y de manera individual, libramos cada día sin esperar a cambio otra recompensa que no sea nuestra propia satisfacción. Un canto a las cosas sencillas. Una manera de entender la vida (alejada de la permanente búsqueda de reconocimiento que caracteriza a la sociedad actual) y sentirse pleno persiguiendo sueños por mucho que puedan parecer inalcanzables.


Paterson, hombre de pocas palabras, escucha a los viajeros mientras conduce, sonríe con sus historias y las utiliza como fuente de inspiración para sus escritos. Aprovecha los breves descansos laborales para transformar en poesía los objetos, lugares y personas que pueblan su mundo.

La vehemencia y entusiasmo de Laura, su esposa, que vive en una permanente ebullición creativa (siempre en blanco y negro) que se refleja en toda la casa (cuadros, cortinas, cupcakes), contrasta con la serenidad y hermetismo de Paterson. No obstante, son la pareja perfecta. Ella, una continua riada de proyectos e ilusiones que externaliza sin ningún rubor y con una energía contagiosa; él, un huracán de pensamientos y reflexiones que nutren un mundo íntimo que solo ve la luz a través de las líneas escritas en el cuaderno que siempre lo acompaña.

Y no hay que olvidar a Marvin, tercer miembro de la familia, un bulldog francés en guerra permanente, más o menos soterrada, con Paterson por el control del territorio y la atención de la dueña de la casa. El perro (que tiene muy mala leche) goza de tanto protagonismo como la pareja. De hecho algunas de las situaciones más hilarantes, que las hay, nacen de sus gruñidos o sus patas. 

Con las parejas de gemelos (cuyo significado no entendí), la preciosa cascada frente a la cual Paterson, el conductor, suele sentarse para pensar, y los excéntricos personajes que lo acompañan, Paterson, la película, tan absurda como entrañable, es un sueño que te acaba envolviendo.

Para finalizar, un poema de William Carlos Williams, de quien Paterson aprendió a renegar de lo abstracto y a mostrar, no a explicar, cosas, sentimientos y personas:

Matrimonio

Tan diferentes, 
este hombre 
y esta mujer: 
un arroyo fluye
en la llanura.

Reseña publicada en DCLM y en CLM-24.

martes, 10 de enero de 2017

VIAJE A LA ALCARRIA

Primer día: alojamiento en el Real Balneario Carlos III:
Un agradable paseo, bordeando el rio...

...y llegamos a Trillo.

El precioso puente sobre el río Tajo, de un solo ojo y origen medieval:


Segundo día: tomamos la carretera en dirección a La Puerta y llegamos a Viana de Mondejar:

Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (siglo XII-XIII), en la que destaca la portada de origen románico:

Excursión hasta las Tetas de Viana (muchos las ven, pero pocos las maman), dos cerros de 1.145 metros de altura, formados por un cuerpo arcilloso común y dos cimas de roca caliza de pared casi vertical:
Cifuentes ("Al mediodía los amigos entran en Cifuentes, un pueblo hermoso, alegre, con mucha agua, con mujeres de ojos negros y profundos, con comercios bien surtidos...")

Allí nació una famosa princesa:

La plaza triangular:

Iglesia de San Salvador(Siglo XIII), mezcla de estilo románico, gótico, renacentista y barroco..


El molino y la balsa:

El castillo (rodeado por una valla, no se puede entrar):

Vista del pueblo desde el castillo:

Tercer día: "Brihuega tiene un color gris azulado, como de humo de cigarro puro. Parece una ciudad antigua, con mucha piedra, con casas bien construídas y árboles corpulentos..."

La preciosa Fuente de los Doce Caños:

La Plaza del Coso:

Iglesia de San Felipe, la más bellas de Brihuega:




Puerta de la Cadena y parte de la muralla:

Comida en el Hostal Bar-Restaurante El Torreón, donde gustaba alojarse Don Camilo...

... buena comida y mejor trato:

Un maravilloso viaje por un espectacular paisaje cuya tranquilidad únicamente perturba la presencia de dos humeantes chimeneas que preferiría no estuvieran allí. 

Esta es mi particular visión de la imponente, silenciosa, casi amenazadora, Central Nuclear de Trillo:

"La Alcarria es un hermoso país
al que la gente no le da la gana ir.
Yo anduve por él unos días y me gustó"

A mí. al igual que a Cela, me ha gustado ese hermoso país al que, sin duda, me volverá a dar la gana de ir....



jueves, 5 de enero de 2017

Historia de una pasión. La vida de Emily Dickinson

Excelente guión, interpretaciones, fotografía y dirección en esta gran película



Historia de una pasión (A quiet passion) es una reciente película británico-americana dirigida por Terence Davies. Este director inglés es conocido por películas como “La casa de la alegría (2000)”, “Un profundo mar azul” (2011), o la reciente “Sunset song” (2015).


Historia de una pasión mantiene la línea de este director, interesado en historias dramáticas protagonizadas por mujeres, y esta vez se centra en narrar la vida de la famosa escritora americana Emily Dickinson (Amherst, Massachussets (1830-1886). Dickinson hoy en día está considerada como una de las grandes poetisas americanas, pero el reconocimiento le llegó demasiado tarde. Tras cursar sus estudios en un estricto ambiente puritano, regresó a su casa familiar en Amherst, donde llevó una vida reservada, especialmente en sus últimos años, en los que se recluyó en su habitación. El mundo exterior le llegaba a través de las escasas visitas de amigos y familiares, o de las noticias de la terrible Guerra civil que asoló los EE.UU. aquellos años.

Emiliy reflejó su agitada vida interior en casi 1.800 poemas, pero por desgracia apenas pudo publicar unos cuantos. Su estilo moderno para la época no era apreciado por los editores. Los pocos que publicaron fueron modificados sin su consentimiento. Tras su muerte, su hermana Lavinia, muy próxima a su hermana toda su vida, recopiló todos sus poemas, que fueron publicados finalmente en 1890, pero todavía con modificaciones, y sin reflejar un orden cronológico.

La película recoge de una manera exquisita los conflictos y las intensas y reprimidas pasiones de la poetisa. La primera parte de su vida todavía contiene momentos de humor, amistad y amor familiar, pero su carácter se irá amargando progresivamente, con las decepciones, la enfermedad y el envejecimiento, en un entorno opresivo y hostil hacia las mujeres. Hay distintas teorías sobre un profundo enamoramiento de Dickinson. La película se inclina por una de ellas, pero en realidad no está claro.


Desde el principio, Dickinson va reflejando su preocupación por la muerte y la trascendencia en sus poemas. Algunos de ellos aparecen en la película, completando así la excelente interpretación de la neoyorkina Cynthia Nixon, famosa por su papel como Miranda Hobbes en Sexo en Nueva York. La sensibilidad y la fuerza interior que transmite esta actriz es asombrosa, y como comenta el crítico del Mundo, ¿por qué no ha rodado más cine esta mujer?





Aunque sólo fuera por contribuir a divulgar la obra de Dickinson, esta película merecería la pena. Pero es que además es una obra maestra en si misma. Finalmente, recogemos su poema "Because I could not stop for Death (479)", incluido en la película, muy apropiado para reflejar su propia muerte a los 56 años.


Because I could not stop for Death –
He kindly stopped for me – 
The Carriage held but just Ourselves – 
And Immortality.

We slowly drove – He knew no haste
And I had put away
My labor and my leisure too,
For His Civility –

We passed the School, where Children strove
At Recess – in the Ring – 
We passed the Fields of Gazing Grain – 
We passed the Setting Sun –

Or rather – He passed us –
The Dews drew quivering and chill –
For only Gossamer, my Gown –
My Tippet – only Tulle –

We paused before a House that seemed
A Swelling of the Ground –
The Roof was scarcely visible –
The Cornice – in the Ground –

Since then – ‘tis Centuries – and yet
Feels shorter than the Day
I first surmised the Horses’ Heads
Were toward Eternity –

https://www.poets.org/poetsorg/poem/because-i-could-not-stop-death-479