miércoles, 24 de agosto de 2016

LEKEITIO

El precioso Hotel Zubieta, un placer para los sentidos...




¡Nunca pensé que dormir en unas antiguas caballerizas me haría sentir como la dueña del Palacio!

Pasear por el casco antiguo de Lekeitio te ofrece la posibilidad de disfrutar de su abundante patrimonio artístico:

Sus calles...



Sus plazas...

La impresionante Basilíca de la Asunción de Santa María de día...
...o de noche...

El puerto de día...



... o de noche

El rompeolas...
La maravillosa playa de Isuntza y la isla de San Nicolás a la cual se puede acceder a pie durante la bajamar…


El faro de Santa Catalina...
El clima te regala días lluviosos que te hacen olvidar el sofocante calor agostí....
Y todo eso sin hablar de las localidades cercanas tan bonitas, tanto, que no sabrás con cual quedarte:

Ea:






Elantxobe...

¿Qué, se animan?

A todas las personas que con su buen trato (con especial mención, por su amabilidad, a las recepcionistas del Hotel Zubieta,  y a la gente de Maite Taberna, en el centro de la localidad, por convertir, con sus deliciosos bizcochos caseros y su maravilloso café, mis desayunos en algo inolvidable) han hecho que mis vacaciones en Lekeitio hayan sido tan especiales, quiero decirles eskerrik asko por todo y agur!

Bueno, en realidad debería despedirme con un gero arte! (¡hasta luego!) ya que estoy segura de que volveré...






domingo, 14 de agosto de 2016

Vall de Benás

Eriste:
Cascada de la Espigantosa:

Sahún: 

Refugio de Estós:

El Turbón:

Forau de Aiguallut: 
Cascada del Forau de Aiguallut y Aneto: 
Lago del Coll de Toro:

Anciles:

Hacia el Puerto de la Glera: 

Ibón de Gorgutes:

¡Pirineo aragonés.... espectacular! 


lunes, 8 de agosto de 2016

Varias novelas de Joe Haldeman



Un jubilado William Mandella, aburrido de jugar al mus, se embarca en una nueva aventura en la entretenida novela "Forever free" de Joe Haldeman


Hace cuatro años, habábamos en nuetro blog de la estupenda novela de Joe Haldeman, “La guerra interminable”.

          
Pues bien; he seguido leyendo las otras dos, que completan una de las series de novelas de ciencia ficción más famosas. La segunda novela es “Forever peace” (1997). No es una continuación de la primera, ya que cambia el escenario a un futuro próximo, con una serie de guerras locales y regionales en Latinoamérica. El poderoso ejército de EE.UU. lucha con diversas guerrillas, utilizando robots controlados mentalmente por un pelotón de soldados conectados neurológicamente entre si.


Los EE.UU. mantienen su hegemonía en Latinoamérica gracias a esta tecnología, y a la impresión en 3D, que les permite obtener productos de todo tipo a bajo coste. Esta trama permite al autor criticar la política intervencionista de los EE.UU. frente a los movimientos revolucionarios durante los años 70 y 80. En este sentido, es de nuevo una crítica a la guerra, igual que Forever war. Además, introduce otra trama más clásica en ciencia ficción, relativa a los peligros de un proyecto científico de gran envergadura. 

En general, la novela no es tan entretenida como la primera, pero es interesante, y entra en cuestiones de gran actualidad como la conexión entre cerebro y máquina, la guerra a distancia, la inteligencia en red, etc.



Y al leer la tercera y última novela de la serie, “Forever free” (1999) , me encuentro con la agradable sorpresa de la vuelta de los personajes de la primera. El soldado retirado William Mandella, vive con su mujer, Marygay, también veterana de la Guerra interminable, en el frío planeta Middle Finger (dedo corazón, que según se extienda, puede enviar un mensaje nada amistoso). La Tierra está habitada por una nueva humanidad, en la que los individuos post-humanos están interconectados, formando una entidad única. Es el mismo esquema de civilización de los antiguos enemigos de Tauro, lo que permitió un entendimiento entre ambas razas y el final de la absurda guerra interminable. Mandella y un grupo de humanos viejunos, conservados a lo largo de los siglos gracias a sus viajes interestelares, deciden dar un salto al futuro en la última nave de la que disponen. Sin embargo, a pesar de sus cuidadosos preparativos, el viaje va a resultar mucho más peligroso de lo que suponían….

Esta última novela me ha resultado de nuevo muy entretenida e interesante, llena de humor, sobre todo en su primera mitad. La segunda parte incide en temas más filosóficos, acerca de la evolución, la naturaleza humana, etc, y ya sabemos que ninguna novela va a tener un final suficientemente satisfactorio cuando entra en este campo.


Para completar mi conocimiento del autor, acabo de leer otra novela suya, “Camuflaje”. En este caso, sigue las peripecias a lo largo de los años de un alien procedente del cúmulo M22 (visible ahora en Escorpión) que no se sabe muy bien porqué, acaba en la tierra, y decide conocer a sus habitantes. Su carrera humana comienza en los años 30, pasará por el mundo universitario, conocerá la II Guerra Mundial, se interesará por diversos aspectos de nuestra civilización, y acabará involucrado en el mayor proyecto científico de la historia…


Es una novela que empieza de una manera bastante dura y cruel, pero que se hace más esperanzada y humorística según va avanzando. Se deja leer muy bien, y tiene como particularidad su abordaje bastante detallado de las relaciones sexuales y la identidad de género.

Además de esta novela, me he dado cuenta que hace años había leído también otra obra suya, “The Heminway hoax”, basada en un hecho real: la pérdida de un manuscrito de Ernest Heminway en 1921. ¿Qué fue de la obra perdida? ¿Podría aparecer algún día?. Es una historia bien contada, aunque un tanto compleja, en la que Haldeman rinde su peculiar homenaje al famoso escritor americano.













jueves, 4 de agosto de 2016

La Mancha negra



Mucho antes de que el inspector sueco Wallander apatrullara las bonitas calles de Ystad; cuando todavía no había nacido el comisario griego Jaritos, y quedaba mucho para que Silvio Montalbano se las viera con la mafia y la burocracia en Sicilia; antes incluso de que Carvalho comenzara a quemar libros y a disfrutar de la buena cocina entre caso y caso, en la Mancha ya contábamos con un sagaz policía capaz de investigar los casos más enrevesados.

Manuel González es un policía local de Tomelloso, creado por el escritor Francisco García Pavón. A Manuel González todo el mundo le conoce como “Plinio”, porque un abuelo suyo fue seminarista, y se conoce que le gustaba el latín. Una de las muchas peculiaridades manchegas que nos cuenta en sus novelas es que los apodos se heredan. Dependiendo de cómo fuera tu ancestro, te llamarán de una manera o de otra. En el caso de Plinio es un buen apodo, pero el caso de los “culovistoso”, por el abuelo exhibicionista, no es tan afortunado. La mezcla de humor y crueldad es una característica de estas novelas, y en general, de la época que retratan: el tardofranquismo de los 60 y 70, y el comienzo de la Transición.

Francisco García Pavón nació en Tomelloso (Ciudad Real) en 1919. Comenzó su carrera de escritor en 1945 (Cerca de Oviedo). La fama le llegó con su serie policiaca de Plinio, con la que yo me introduje en el mundo de la novela negra a finales de los 70. Murió en Madrid en 1989.



En su momento leí dos de sus novelas, y recientemente las he retomado y las he leído todas seguidas, gracias a que una de ellas fue propuesta en el club de novela negra de Taiga.

La primera de la serie, “los carros vacios” (1965), es una novela corta en la que se introduce a Plinio y a su amigo y colaborador, el veterinario jubilado Don Lotario. La novela está ambientada en la época de la Dictadura de Primo de Rivera, y don Lotario lleva a Plinio con su Ford T. Sin embargo, a partir de la sdiguiente, “El Reinado de Witiza”, la acción salta a la España de 1968, y Don Lotario se hace con el inevitable 600. La novela resulta mucho más interesante que la primera, la trama está bien pensada, y la investigación es original. Su tema principal es el humor negro y salvaje propio de la época. El autor aprovecha para describir la vida de un pueblo en plena transición. Cuenta con cierta nostalgia las costumbres perdidas de un mundo rural antiguo que estaba desapareciendo. Tomelloso en el 68 ya está llenándose de coches y tractores, la gente ve la televisión, coge el autobús a Madrid, tira los aperos y carros antiguos…y sin embargo, otra eternidad nos separa del 68. Resulta difícil leer una página sin enfrentarse a algún pasaje que hoy resultaría cuando menos políticamente incorrecto. Lo más llamativo es el machismo y el desprecio a los homosexuales, y por ello habrá lectores actuales que se sientan ofendidos, incluso teniendo en cuenta el contexto y la mentalidad de la época. Por otra parte, el autor aprovecha para hacer una crítica social limitada, que va incrementándose hasta la llegada de la democracia, en su último libro de la serie.

El siguiente libro, “El rapto de las Sabinas” (1968), aumenta la magnitud de los delitos investigados por el policía local, e introduce elementos erótico-festivos que resultan divertidos pero a la vez un tanto incómodos. Aparecen más personajes y la narración mejora, sobre todo con las descripciones del campo, a veces líricas, otras descarnadas. “Las hermanas coloradas” (1969) mejora de nuevo la calidad de la narración. Es probablemente la más interesante de toda la serie. Se desarrolla en Madrid, circunstancia que aprovecha el autor para narrar la dureza de la gran ciudad y el contraste con la vida del pueblo. Es una historia triste, anclada en el pasado, nostálgica, sobre lo que pudo ser y no fue, y con un cierto tinte político, sólo insinuado, interesante y atrevido en su momento.

Con “Una semana de lluvia” (1971), Plinio vuelve a su pueblo, en plena feria pasada por agua. La historia en este caso da un giro al negro, las escenas son más duras, la muerte está presente, y vuelve un erotismo algo retorcido y reprimido, que estallará en “Voces en Ruidera” (1973), su novela más desagradable. No me importó leerla, ya que describe las vacaciones de la época en el precioso entorno de las lagunas, muy próximas a Tomelloso, pero la historia narrada se vuelve sórdida, y no especialmente interesante.

“Otra vez domingo” (1978) da un nuevo giro a la historia de un Plinio ya al final de su carrera. La Guardia Municipal de Tomelloso pierde sus atribuciones para investigar crímenes, y Plinio queda como mero asesor de la policía nacional, pero su prestigio le permite seguir activo durante un tiempo, y resolver un caso más convencional, pero interesante. El autor vuelve a su mezcla de costumbrismo y humor negro, tan peculiar.

La serie de novelas concluye con “El hospital de los dormidos”, una novela algo diferente, en la que nos despedimos de un Plinio prejubilado, nostálgico, símbolo de una vida que ya no volverá, contrastando con un momento de ilusión por el cambio político, que de todas formas es observado con cierto escepticismo. Aquí vuelve el erotismo con un nuevo giro, un tanto sorprendente, más abierto. Estamos de nuevo en pleno cambio de época, usos y costumbres.

Además de estas novelas  hay algunos relatos cortos, y una adaptación a televisión.


Aunque no gustará a todo el mundo, merece la pena prestar atención a Plinio, un  manchego honrado, duro pero sensible, convencional, aunque abierto a los cambios, con su casa de pueblo, su mujer y su hija, y sus casos curiosos, a veces divertidos, otras sórdidos y tristes, siempre con un toque surrealista y guasón. Plino es el padre o el abuelo de muchos de nuestros detectives. Por cierto, sus novelas están siendo reeditadas por Rey Lear.





Como curiosidad, señalar que García Pavón es el padre de la escritora Sonia Garcia Soubriet; y que Tomelloso es un pueblo interesante, que merece la pena conocer, muy próximo a las lagunas de Ruidera, y al que ya dedicamos una entrada en este mismo blog.




martes, 2 de agosto de 2016

Una exposicion muy friki en Madrid

Jarrr, sus voy a dar mieditorrr pekadoresss...

De pequeño, como a casi todos los chavales de mi generación, me llamaba la atención el mundo del misterio y de lo “paranormal”, que conocí a través de los estupendos programas de Jiménez del Oso y de algunos libros, como los del suizo. Erich Von Däniken. Aquellas teorías sobre las pirámides y astronautas viejunos eran muy atractivas; lo de construir las pirámides piedra a piedra durante decenios parecía bastante aburrido,  pudiendo utilizar una buena nave interestelar... Además, por entonces teníamos ocasión de ver a Uri Geller destrozando la cubertería de José María Íñigo, o el programa de TV “Investigación Ovni” (Project UFO), con su misterioso arranque “Ezequiel vio la rueda…”.



Después de algún que otro intento chusco de contactar con los espíritus del más allá, aprovechando las vacaciones de verano, perdí interés por el tema paranormal, aunque no del todo. De vez en cuando he visto algún capítulo del sucesor de Jiménez del Oso, el periodista Iker Jiménez. Aunque transmite menos credibilidad que su maestro, hay que reconocer que su programa Cuarto Milenio está bastante trabajado. Me llama la atención, por ejemplo, el documental “el salto infinito”, que todavía no he visto, para el que se rodeó de un equipo científico de prestigio. Hace unos años visité las cuevas del El Castillo y Las monedas, y me impresionaron.



El caso es que el otro día, revisando las exposicones actuales en Madrid, topé con una de Cuarto Milenio en el Teatro Calderón. Pues bien, cedí a la tentación y acudí en busca de una interesante mezcla de ciencia, ficción y frikismo. La exposición superó ampliamente mis expectativas, sobre todo en su componente friki, subgénero “miedito”.


Un gran acierto de la misma es situarla en un espacio poco convencional, los pasillos y la sala principal del teatro Calderón de Madrid, ambientados con una cuidada iluminación, muy estudiada para inquietar al visitante. La exposición se divide en varios apartados, introducidos por el propio Iker en una grabación de audioguía. Se abordan los temas clásicos del mundo del “misterio”. Me gustó especialmente la sección dedicada a los monstruos (criptozona), una mezcla de animales prehistóricos reales, otros exagerados, y la mayoría, procedentes del folclore y la leyenda. Las reproduciones de todos ellos son estupendas.



También me resultaron interesantes las reproducciones de supuestos alienígenas a lo largo de la historia, y me gustó mucho el homenaje a inventores españoles, que trabajaron con primitivos trajes de buceo y de astronautas, como Emilio Herrera.


Igualmente, me resultaron curiosas las  réplicas de algunos de los “Ooparts” (objetos fuera de lugar) más conocidos, especialmente el mecanismo de Anticitera.


Y finalmente,no podía faltar una completa reproducción de la cocina con las caras de Bélmez, con todo su sabor de paranormalidad de andar por casa. Mucho mejor que el Poltergeist de Spielberg…

Otras secciones pretenden asustar, con muñecos diabólicos, crímenes horribles, vampiros y demás alegre compañia, pero caen más en el efectismo y lo macabro; uno de los problemas de este subgénero tan peculiar.

En todo caso, la exposición resulta muy entretenida, siempre que se tome con escepticismo y humor. Hay que reconocer que está muy bien montada, y el trabajo de los especialistas en reproducir cacharros y bichos raros es excepcional. Si quieres descansar un poco de los Pokemon, ya sabes dónde cazar monstruos verdaderamente horripilantes…