jueves, 7 de febrero de 2013

Black mirror: miedo a nuestro propio reflejo



 
Black Mirror es una miniserie británica creada por Charlie Brooker, un polifacético inglés definido como “humorista, periodista, crítico, escritor, guionista, etc”. Me la recomendó nuestro compañero de blog, Rodrigo.


Al parecer, su característica principal es un salvaje y afilado sentido del humor, que empapa los tres episodios de esta serie excepcional. En ella, se explora un futuro más o  menos inmediato, que se hace asombrosamente creíble. 

ATENCIÓN, damos alguna pista sobre el contenido, aunque pocas. SÁLTESE si se quiere llegar virgen al m...digo, a la serie.

El primer episodio, “himno nacional”, aborda el tema del terrorismo amorfo propio de nuestros días, y a la vez, el poder y la omnipresencia de los medios de comunicación y su influencia en la política. Claro que si hubiera rodado lo que está pasando estos días en nuestro país, se hubiera ahorrado bastantes molestias...en todo caso, Brooker le da una vuelta de tuerca a la historia, que adquiere unos tintes grotescos, de humor negro y bestial, que hacen de este episodio una referencia brutal de política ficción.
 
El segundo episodio, un millón de méritos, se burla del mundo de la televisión y de programas como “Operación Triunfo” y demás. Este episodio está claramente influido por las novelas clásicas de ciencia ficción sobre distopías, como “Un mundo feliz”, 1984, etc. Relata una triste historia de superación y sacrificio, pero como en el primer episodio, no se hacen concesiones al público.

El tercer  episodio, “Toda tu historia”, nos pone los pelos de punta, al especular hasta dónde podemos llegar con nuestra pasión por las tecnologías de la imagen, la comunicación, y nuestro afán por grabar y compartir todo en nuestra vida, desde lo más importante hasta la chorrada más grande. El impacto que esta evolución puede tener en las relaciones, en este caso, las de pareja, puede ser enorme.

YA SE PUEDE CONTINUAR

Los tres episodios, aparentemente inconexos, forman una trilogía muy inquietante no sólo sobre el futuro inmediato, sino sobre lo que somos ya en estos momentos. Es una reflexión que, aunque influida por autores previos, especialmente Roald Dahl con sus Historias extraordinarias, resulta muy original en su planteamiento, y sobre todo, increíblemente atrevido. Con un estilo refinado, una producción excelente y unas interpretaciones magníficas, los tres episodios nos enganchan y nos dan una dosis amarga de nuestra propia medicina.

La serie obtuvo un premio Emmy, y a lo largo de febrero se va a emitir la segunda parte de la miniserie.

Si os interesa esta serie, y si sois frikis auténticos, no veo la manera de que no os interese, la verdad :-), es muy recomendable leer esta excelente entrada sobre ella:

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