domingo, 19 de agosto de 2012

Ted (Seth MacFarlane, 2012)


Podría haber sido The Ultimate Frikada

Seamos sinceros: ¿quién no habría querido (o querría) tener un osito de peluche que cobrara vida y se convirtiera en su mejor amigo? Con ese simple ingrediente, el cartel de la película y la dirección de Seth MacFarlane (Padre de familia), dado además que estamos en agosto y las cosas del cine se miran con más relajacion, pues uno va a verla por si se encuentra algo a mitad de camino entre la comedia tierna e irreverente.

Podría haber sido así, porque hay elementos para ello, y la peli está llena de guiños de un alto componente friki, como la marcha imperial de la Guerra de las Galaxias que lleva el prota en el móvil para identificar las llamadas de su novia, la aparición de Sam Jones interpretando un Flash Gordon juerguista, un personaje frustrado de la vida que a mi me ha sonado a Norman Bates en cutre y que no quiere otra cosa que apropiarse del osito, la voz en off que inicia y finaliza la película con un afectado tono de cuento infantil, pero cargado de palabros malsonantes, Norah Jones reconociendo una relación poco convencional en su pasado...

Finalmente, y a pesar de estos y otros componentes que superan la comedia facilona y gruesa, acabamos encontrándonos un entretenimiento de momentos, sin mucho más, en torno al típico Peter Pan que a sus 35 no tiene ningunas ganas de ordenar su vida, para lo cual tiene la permanente ayuda de su “compitrueno” Ted, el oso de peluche macarra y fumeta (con la voz en castellano de Santi Millan); y por el otro lado, la novia del prota cuyo proyecto en la vida está en el momento opuesto, el de estabilizarse y entrar en el mundo de los adultos responsables.

Como digo, no hay demasiada continuidad frikeril, y así, después de un primer tramo en que la historia es presentada, pasamos largos minutos preguntándonos por qué no hemos ido a ver un concierto de José Luis Perales. Bueno, reconozco que aquí he exagerado, pero sí hay momentos en que uno preferiría estar viendo un campeonato de curling con escoba cepillo incluída. A partir de la aparición de Flash Gordon el nivel de descontrol aumenta, y el último tercio llega a salvar bastante la película, con escenas de violencia, persecuciones y hostias como si habláramos de un personaje humano y no de un simpático (?) Teddy Bear.

Yo no voy a recomendarla ni a dejar de hacerlo; eso corresponde a la decisión del sabio y avispado lector. Diría que si en la calle hacer calor y el nivel de frikismo propio es no inferior a 8 sobre 10 puede verse. En caso contrario, dependerá de lo que a cada cual le guste lo que den en la tele.

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