jueves, 29 de diciembre de 2011

El zoo de las galaxias

La aficionada holandesa Hanny van Arkel descubrió este curioso objeto próximo a la galaxia IC 2497 cuando visitaba el zoo de galaxias.




Uno de los retos en astronomía es la correcta clasificación de las galaxias en distintos tipos. Existen dos formas básicas (espirales y elípticas), y a partir de ellas, muchos subtipos distintos. Desde la primera clasificación propuesta por Hubble, los astrónomos se han preguntado acerca de la relación entre ambos tipos de galaxias, ¿pueden unas transformarse en otras?. Para contestar a esta y otras preguntas, es necesario realizar análisis estadísticos de los tipos de galaxias existentes.



Con el avance de los telescopios y de la astrofotografía, los astrónomos se encuentran con cientos de miles de nuevas galaxias encima de la mesa. El antiguo método de clasificarlas a ojo de buen cubero ya no era viable. Por ello, se desarrollaron algoritmos matemáticos para clasificarlas automáticamente. Sin embargo, estos programas no funcionan bien, y no han podido superar la precisión de un humano en esta tarea. De hecho, podría ser un buen complemento para el Test de Voight-Kampff…en todo caso, los astrónomos se veían de nuevo forzados a estudiar miles de galaxias, una por una.


En el año 2007, después de unas cuantas pintas en un pub de Oxford, Chris Lintott y Kevin Schawinski tuvieron una excelente idea: pasarle el marrón a otros. Contaban con ello con la suerte de que en el mundo hay mucho friki dispuesto a asumir cualquier tarea por peregrina que sea, siempre que esté relacionada con la ciencia o la tecnología. En 2007 se lanzó la página




en la que cualquier aficionado a la astronomía puede colaborar en la clasificación de galaxias. Y la cosa funcionó: en pocas horas, los aficionados habían clasificado un millón de galaxias. En un año, cada una de ellas había sido clasificada 70 veces, logrando así una gran seguridad en los resultados (Sky and Telescope, noviembre 2011).


Afortunadamente, Shawinski y Lintott son unos tipos majetes, y decidieron reconocer el esfuerzo del público en su proyecto de investigación. Primero trataron de colar a 100.000 coautores en su artículo, pero lógicamente las editoriales les aconsejaron que cambiaran de cerveza. Se han tenido que limitar a publicar la lista en internet, pero aun así es un reconocimiento bonito.


Y toda esta movida, ¿sirvió para algo? Pues si, y los resultados permitieron a los investigadores avanzar en sus conocimientos, detectando, por ejemplo, un grupo de galaxias rebeldes que no se ajustaban al perfil tradicional imperial: elípticas viejunas con estrellas gigantes rojas, y espirales más jovencitas con gigantes azules. Los aficionados participantes detectaron de esta forma unas pequeñas galaxias, a las que bautizaron como “galaxias guisante”, pequeñas y verdes, antiguas y muy extrañas.


Una de las participantes, la holandesa Hanny van Arkel, al observar una imagen de la galaxia IC 2497, en la Constelación de Leo Minor, detectó una curiosa mancha azul, que no había sido identificada hasta entonces. Resultó ser una misteriosa nube gaseosa ionizada, de gran relevancia científica, que se está investigando activamente.

http://astrophysics.gsfc.nasa.gov/outreach/podcast/wordpress/index.php/2010/12/10/kojis-blog-hannys-voorwerp/




Para aquellos interesados en colaborar con la ciencia desde casa, existen otras opciones:





















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