viernes, 25 de noviembre de 2011

XV Edición de la Muestra de Cine Independiente y Fantastico de Toledo

Desde ayer jueves, dia 24 de noviembre, podemos disfrutar de la "XV Edición de la Muestra de Cine Independiente y Fantastico de Toledo", que durante ocho días traerá a la ciudad la proyección de 47 cortos, cuatro películas retrospectivas de los años 50, la obra de teatro 'Que no se entere la Madre Abadesa' y cuatro estrenos, protagonizados por las películas 'Black Death', 'Black Heaven', 'Skate Land' y el documental de ficción 'Buñuel y su orden de Toledo'.

Las actividades se llevarán a cabo en el Salón Cultural de Caja Castilla La Mancha, el centro cultural del Palacio de Benacazón y el local The Explorer's Club. Aquí os dejo el enlace a su página Web para que consulteis el programa http://www.lamuestra.tk/.

Os animo a ir porque yo el año pasado fui a varias de las proyecciones y difrute mucho.

jueves, 24 de noviembre de 2011

El astrónomo más "pringao" de la historia



Guillaume Le Gentil fue un astrónomo francés del Siglo XVIII, más conocido por su mala suerte que por sus aportaciones científicas (que no fueron pocas, por cierto).

Le Gentil nació en Coutances, el 12 de septiembre de 1725. Sus padres reunieron todos los nombre y apellidos que pudieron, para bautizarle como “Guillaume Joseph Hyacinthe Jean-Baptiste Le Gentil de la Galaisière”, nada menos. Le Gentil comenzó brillantemente su carrera astronómica, descubriendo algunos objetos Messier, como M 32, M 36 y M 38, y la maravillosa nebulosa M 8, e ingresó en la Academia Francesa de Ciencias.

Para 1761 estaba previsto un tránsito de Venus, fenómeno de gran importancia científica, especialmente en aquella época en la que todavía no se conocía con precisión el tamaño del sistema solar .

http://elfrikismoilustrado.blogspot.com/2011/07/una-cita-con-venus.html

(Perdón por la autoreferencia….)

Le Gentil zarpó de Francia el 26 de marzo de 1760, con el objetivo de observar el tránsito del año siguiente desde la costa este de India. Sin embargo, pronto descubriría que sus viajes no iban a ser precisamente de placer. El barco en el que navegaba se vió pronto infestado por ratas, y se declararon casos de peste a bordo. Con el miedo en el cuerpo, consigue llegar a la Isla Mauricio en julio de 1760. En marzo de 1761, se embarcó en la fragata la Sylphide con destino a la Costa de Coromandel, y más precisamente Pondichery, en la India. Al llegar a su destino, se enteran de que la guerra había estallado entre Francia e Inglaterra, y que por tanto era entonces peligroso intentar desembarcar en Pondichery, que estaba en manos inglesas. La fragata emprendío el retorno y el día del tránsito, el 6 de junio 1761, en plena mar, el día se presentó claro, pero las observaciones astronómicas no pudieron ser realizadas en forma precisa, por causa de los movimientos de la embarcación.

http://es.wikipedia.org/wiki/Guillaume_Le_Gentil

Sin embargo, Le Gentil se tomó un par de vasitos de Burdeos, se vino arriba y decidió permanecer en la India hasta el próximo tránsito. Total, sólo tenía que esperar 8 años más...
Después de haber pasado cierto tiempo cartografiando la costa este de Madagascar, Le Gentil recorrió el Océano Índico, y decidió observar el tránsito de 1769 desde Manila. Sin embargo, la zona se encontraba en guerra, y en vista de la poca hospitalidad recibida por parte de las autoridades españolas, partió de nuevo hacia Pondichery, zona francesa desde el Tratado de Paz de 1763. Llegó en marzo de 1768. Tuvo tiempo de sobra para construir un pequeño observatorio, instalar sus instrumentos, y esperar pacientemente. Esta vez iba a triunfar. Finalmente llegó el día señalado, 3 de junio de 1769. La emoción iba en aumento….las mañanas precedentes habían sido claras y despejadas…pero justo aquel día especial se presentó cubierto, y en consecuencia Le Gentil no pudo realizar observación alguna...putain!

Justo después del tránsito el cielo despejó de nuevo. Esta vez el golpe del destino fue brutal, ya que el tránsito siguiente no se produciría hasta ¡1874! Demasiado tiempo incluso para el paciente héroe.

Al cabo de unos días, sumido en una bien merecida depresión, escribió el infortunado astrónomo:"Por más de dos semanas quedé en un abatimiento singular y casi no tuvo el coraje de tomar la pluma para continuar mi diario, y varias veces se me cayó de las manos cuando llegó el momento de informar a Francia sobre la suerte de mis operaciones ...Este es el destino que a menudo espera a los astrónomos. Había viajado más de diez mil leguas; había cruzado una gran extensión de mar, exiliándome a mí mismo de mi tierra natal, sólo para ser espectador de una nube fatal que vino a situarse delante del sol en el momento preciso de mi observación, para alejar de mí los frutos de mis dolores y de mis fatigas. "

Sin embargo, no acabaron aquí los infortunios del pobre hombre. Lo peor estaba por venir. Afectado por una disentería, Le Gentil permaneció en la India durante nueve meses, postrado en la cama. Cuando finalmente reunió fuerzas para el viaje de vuelta, su barco se enfrentó a una tempestad que lo obligó a desembarcar en la Isla Reunión. A continuación, reservó pasaje de regreso a bordo de un buque de guerra español que quedó desarbolado durante un huracán en el Cabo de Buena Esperanza y fue arrojado al norte de las Azores antes de poder finalmente llegar al puerto de Cádiz. Le Gentil cruzó España, los Pirineos y puso al fin pie en suelo francés, después de once años, seis meses y trece días de ausencia.

Cuando llega a su casa, esperando una gran fiesta de bienvenida y unas botellitas de Moet Chandon, se entera de que había sido declarado muerto, y sus bienes repartidos entre sus herederos y acreedores. Además, ¡Ninguna de sus cartas a la Academia de Ciencias había conseguido llegar!. Por ello, su puesto de académico había sido concedido a otro científico. Para rematar la historia y que no le faltara detalle, su mujer se había casado con su mejor amigo…

http://www.lafactoriaecija.com/index.php?option=com_content&view=article&id=137:gentil&catid=61:cajon-del-sastre&Itemid=76

Cualquiera en su lugar habría puesto el cuello en la guillotina más próxima, pero afortunadamente destino decidió por fin dar tregua al desdichado astrónomo. Le Gentil se casó de nuevo, tuvo una niña, y vivió feliz durante 20 años, protegido por el Rey de Francia, que se apiadó de él. Eso si, el viaje más largo que hizo a partir de entonces fue un día que compró dos baguettes en la boulangierie de la esquina...

lunes, 21 de noviembre de 2011

Un dios salvaje

Un director al que admiras, dos actores a los que respetas, dos actrices que se cuentan entre tus predilectas, críticas excelentes … la combinación pinta bien pese a que el trailer de la película no ha logrado engancharte del todo.

Así que te plantas en el espacioso salón de un apartamento neoyorquino para asistir al encuentro de dos parejas que, con motivo de arreglar civilizadamente una discusión entre críos, se reúnen para dialogar, razonar, discutir, gritar sobre el tema.

Poco a poco te ves envuelto en una verborrea permanente, imparable, irritante, que te hace removerte incomoda en tu butaca. Estamos ante una carencia absoluta de acción, probablemente buscada, y se suceden escenas estáticas que no compensa la fluidez de los diálogos ya que aunque disfrutamos de algunas frases ingeniosas, que te hacen apenas sonreir, no es la tónica general y las ganas de escapar no las produce tanto el estar atrapados todo el tiempo en una sola habitación, sino el hecho de que los protagonistas no se callan nunca. ¡Difícil llevar algunas obras de teatro al cine!.

Recurrir al alcohol para que unos y otros se canten las verdades, a las vomitonas, al maltrato animal o al sonido incesante del móvil como un personaje más de la historia, no ayuda mucho la verdad. Si a lo anterior le añadimos que la supuesta crítica de las relaciones de pareja me parece bastante somera a la par que tópica, te das cuenta que tampoco se podía hacer mucho más con esos ingredientes. No es el director, es la obra.

No es una película mala, pero yo apenas le doy un CINCO raspado.

domingo, 13 de noviembre de 2011

"Memorias de la casa muerta"


“(…) Después vi a Sísifo, padeciendo también los más crueles tormentos, y con los dos brazos hacía rodar una enorme piedra; esforzándose con los dos brazos y con las manos, empujaba la piedra hacia lo alto de la montaña, pero cuando estaba a punto de alcanzar la cima, una fuerza superior la rechazaba hacia atrás: Entonces la piedra con todo su peso volvía a caer a la llanura. Entonces Sísifo comenzaba de nuevo a empujar la piedra con esfuerzo; el sudor corría de sus miembros, un vaho espeso subía de su cabeza.” ( “La Odisea”, Homero).

En 1764 el Marqués de Beccaria publico “De los delitos y las penas” (gran parte de cuyo contenido sigue teniendo vigencia en el Derecho penal contemporáneo) que dio origen al nacimiento de la llamada Escuela clásica en criminología, que alcanza su máxima expresión con Carrara y otros juristas en el S. XIX.

La Escuela clásica concibe al hombre como un ser libre y racional. El delincuente, como hombre libre y racional que es, sopesa las ventajas (placer) y los inconvenientes (dolor) que le va a proporcionar cometer un delito; cuando prevalecen las primeras frente a los segundos tiende a llevarlo a cabo. De ahí que destaque la importancia de las penas (dolor) para la prevención del delito. El fin de la pena es impedir que el reo ocasiones nuevos daños a sus conciudadanos, y evitar que otros cometan otros iguales.

De acuerdo con la Escuela clásica, las características más importantes que deben reunir las sanciones para prevenir eficazmente el delito son:

- Certeza: Las sanciones serán más eficaces cuanto más segura sea su imposición al infractor.

- Prontitud: Tendrán mayor efecto preventivo si se imponen con prontitud que si se imponen tras un lapso de tiempo.

- Severidad: Penas severas por su duración o por la intensidad del sufrimiento que provocan tenderán a ser más efectivas que las leves puesto que significan un dolor o perjuicio mayor. Pero nunca se debe olvidar que es fundamental que la sanción sea proporcional con el delito que castigan. No propone recurrir a sanciones crueles, sino, al contrario, es una reacción contra los abusos, denunciando su inutilidad y su injusticia.

En 1849 Fiódor Dostoievski fue condenado a ocho años de trabajos forzados en Siberia acusado de “crímenes contra la seguridad del Estado”. En 1862 publicó “Memorias de la casa muerta” donde relataba sus experiencias en presidio: “Nunca podría haber imaginado el horror y la tortura que fue para mí el no estar solo ni una vez, ni un solo instante, en los ocho años de mi condena.

Esta obra, al describir minuciosamente a cada preso, disecciona las diferencias entre los delitos, cuestiona la semejanza entre los castigos, y analiza como varia el comportamiento de un criminal cuando se ve privado de libertad.

Me sorprende la capacidad que demostró Dostoievski para entrever que el alma humana permanece invariable a lo largo del tiempo. ¡Tienes ante ti un tratado de política criminal escrito hace 149 años absolutamente actual!.

No se centra en las causas del delito, no trata de explicarlo. Lo acepta como hecho consumado y, como parte integrante de esa “casa muerta”, relata las formas en que la sociedad de la época responde al fenómeno delictivo, no a su prevención sino, sobre todo, a su control, en forma de penas o tratamiento de los delincuentes: “El derecho al castigo corporal, otorgado a una persona para ejercerlo sobre otras, es una de las lacras de la sociedad, así como uno de los medios más poderosos para exterminar en ella todo embrión, toda tentativa de desarrollar el espíritu cívico, y constituye la base más sólida para su descomposición absoluta e irreversible.”

Relatando la vida de los presos, su paso por el penal, la salida de los afortunados y, en muchas ocasiones, el regreso al mismo de la mayoría, realiza una perspicaz evaluación sobre si las medidas implementadas han sido realmente útiles en la prevención o si, por el contrario, han resultado contraproducentes: “Desde luego, los penales y el sistema de trabajos forzados no corrigen al criminal; solo le castigan, preservando a la sociedad de nuevos atentados de un delincuente contra su tranquilidad. En el criminal el presidio y los trabajos forzados más duros solo fomentan el odio, el ansia de placeres prohibidos y una terrible imprudencia. Estoy firmemente convencido de que el famoso sistema celular consigue solo resultados falsos, engañosos y superficiales. Exprime el jugo vital del hombre, le contrae el alma, la debilita e intimida, y después presenta una momia moralmente seca, un medio loco, como modelo de corrección y de arrepentimiento.”

Es un magnífico libro que recomiendo leer porque constituye un impresionante estudio sobre la psicología criminal, la capacidad de adaptación del hombre a las condiciones más extremas y un profundo y conmovedor análisis del alma humana: “El preso sabe que es un preso y sabe cuales su lugar ante la autoridad; pero ninguna marca, ni ningunos grilletes le harán olvidar que es una persona”.

Integral de Harry Bosch

Harry Bosch, bautizado así en homenaje misterioso pintor flamenco El Bosco.




Hace unos años, en el club de novela negra al que suelo asistir, me tocó proponer algún autor que no hubiéramos leído hasta entonces. Seleccioné la novela “City of bones” (ciudad de huesos), escrita por el americano Michael Connelly en 2002. Esta novela me sorprendió por la excelente descripción que realiza el autor del trabajo policial y forense, así como la ambientación en un moderno y desalmado Los Ángeles.



Una de las cosas que más me gustó fue su personaje principal, el atribulado, implacable, y a veces genial detective Harry Bosch. Este interés me llevó a leer sus demás novelas. Un “problema” que tengo es que cuando me gusta un detective, no tengo más remedio que leer todas sus novelas. Ya me había sucedido con los detectives Kurt Wallander (Mankell), Kostas Jaritos (Markaris), Charlie Parker (Connolly), Sivio Montalbano (Camilleri), Petra Delicado (Giménez Barlett) y Bosch no podía ser menos. He leído todas las aventuras de estos estupendos detectives, pero la serie más larga de novelas corresponde a Bosch, con lo cual me ha llevado más tiempo completar mi colección. Pero un buen friki no debe cesar hasta conseguir sus extraños objetivos en la vida…



Las novelas de Connelly no destacan por su nivel literario (correcto), pero consiguen enganchar con su mezcla de personajes bien descritos, y sobre todo, por sus ingeniosas tramas. Aunque muchas de sus historias tienen como telón de fondo temas como el terrorismo, la política, el narcotráfico, la corrupción, etc., el autor tiene el acierto de centrarse más en “microhistorias”, en el sentido de que son los comportamientos y decisiones de sus personajes los que dirigen la historia, y son ellos los que alcanzan el éxito o se estrellan en el difícil mundo de la gran ciudad. En este sentido, se diferencian de tramas más “conspiratorias” de otros escritores, como las de John Grisham.



La serie completa de novelas va dibujando cada vez mejor al detective, a través de sus éxitos y fracasos, y sobre todo, nos va desvelando su carácter marcado por una difícil infancia, que tendrá que ir descubriendo y superando en cada nueva aventura. Ex combatiente en Vietnam, duro y violento, el detective se siente llamado a una especie de cruzada moderna para resolver los casos más complicados. Su historia le lleva a sentir una especial compasión por las víctimas abandonadas por la justicia y olvidadas por el sistema.


Además de Bosch, una serie de interesantes personajes ha permitido al autor crear “spin off”, es decir, novelas paralelas que en determinados momentos contactan con la serie principal. Así por ejemplo, Michael Haller es un curtido abogado defensor, protagonista de cuatro novelas (The Lincon lawer, The Brass Veredic, The fith witness, y The reversal, esta última coprotagonizada por Bosch). O la estupenda agente del FBI, Rachel Walling, protagoniza The Scarecrow. Dos de sus novelas han sido llevadas al cine: Deuda de sangre (Clint Eastwood), y The Lincoln Lawer (El inocente).


La serie de Bosch consta de 17 novelas, de las cuales me falta por leer sólo la última, que acaba de ser publicada:


1.The Black Echo (El Eco Negro) (1992)
2. The Black Ice (El Hielo Negro) (1993)
3. The Concrete Blonde (La Rubia de Hormigón) (1994)
4. The Last Coyote (El Último Coyote) (1995)
5. Trunk Music (Pasaje al Paraiso)(1997)
6. Angels Flight (El Vuelo del Ángel) (1999)
7. A Darkness More Than Night (Más Oscuro Que la Noche) (2001), también aparece Terry McCaleb
8. City of Bones (Ciudad de Huesos) (2002)
9. Lost Light (Luz Perdida) (2003)
10. The Narrows (Cauces de Maldad) (2004)
11. The Closers (Último Recurso) (2005)
12. Echo Park (2006)
13. The Overlook (El Observatorio) (2006
14. The Brass Verdict (El Veredicto) (2008),
15. 9 Dragons (Nueve Dragones) (2009)
16. The Reversal (2010), también protagonizada por el abogado Michael Haller.
17. The Drop (2011)


Cubren un turbulento periodo en la ciudad de Los Ángeles, y el autor nos describe la influencia de los disturbios y los terremotos en la vida de la ciudad, en las técnicas policiales, los procedimientos legales…


Es recomendable leerlos en orden cronológico, ya que cada novela aporta alguna clave sobre la vida de Bosch, la aparición de algún personaje importante en novelas posteriores, etc.







domingo, 6 de noviembre de 2011

DAISY SISTERS


HENNING MANKEL

Después de haber leído casi todos los libros de Henning Mankel protagonizados por su detective Kurt Wallander y de haber visto la serie sueca de adaptación de sus novelas (en la que lo único destacable es la fotografía) y la no mejor adaptación inglesa, decidí descansar… hasta el punto de haberlo borrado por completo de la lista de autores a los que recurrir.

No obstante un compañero de trabajo puso en mi manos Daisy Sister, una de las novelas de Mankel ajenas al género policiaco . La novela arranca en 1941 durante la Segunda Guerra Mundial, con dos jóvenes adolescentes que después de haberse carteado durante largo tiempo deciden conocerse cerca de la frontera con Noruega. El viaje marcara sus vidas pero en especial la de Elna, a la que acompañaremos durante casi toda la novela. A través de ella conoceremos también a su hija Eivor y la lucha de ambas mujeres para acercarse a sus sueños.

En un discreto segundo plano y acompañando a los protagonistas, Mankel nos aproxima a la situación económica y social de Suecia en el trascurso de esos años, y nos encontramos con una Suecia que ahora nos parece difícil de imaginar.

Se trata de una novela de mujeres, escrita por un hombre pero que perfectamente podría haber firmado una mujer. Con ella me he “reconciliado con Mankel.

http://www.youtube.com/watch?v=ERL_5BhEVmo


miércoles, 2 de noviembre de 2011

El incierto futuro

Yo quiero una de estas para ver cómo acaba la liga este año...


Recientemente he vuelto a leer la clásica novela de ciencia ficción, “La máquina del tiempo”, de Herbert George Wells (1866-1946). Fue su primera novela, publicada en Londres en 1895. Su éxito notable permitió al autor dedicarse por completo a la escritura. Posteriormente, vendrían grandes obras como “El hombre invisible” y “La guerra de los mundos”. Hoy día está considerado uno de los grandes precursores de la ciencia ficción.

El “viajero del tiempo” es un excepcional científico, que logra desentrañar la cuarta dimensión, el tiempo, para poder moverse por ella con una máquina de diseño propio. La novela comienza en casa del científico. En una primera reunión con amigos, realiza una prueba con un pequeño modelo a escala, pero sus escépticos compañeros piensan que se trata de un hábil truco del viajero (al parecer, no era la primera vez que tomaba el pelo a sus amigos, el buen hombre). Sin embargo, a la segunda cena llega tarde y muy desmejorado. No es para menos: acaba de llegar de un terrible y desolador futuro.

Nuestro héroe visita primero el año 802.701, con la esperanza de encontrarse un mundo idílico en el que la humanidad haya resuelto sus problemas. La verdad es que les había dado suficiente tiempo para ello. Sin embargo, lo que se encuentra es un terrible planeta en el que la especie humana ha evolucionado en dos nuevas especies. Los Eloi, unos seres majetes y risueños, parece que no tienen ningún problema, y sólo se dedican a jugar y a comer fruta. Sin embargo, su miedo a la oscuridad ya le está dando pistas al viajero. Por la noche ascienden a la superficie los terribles y asquerosos Morlock, bichejos humanoides acostumbrados a la oscuridad, que después de haberse comido a topos, ratas y demás habitantes subterráneos, deciden cambiar de dieta y probar a papearse a los atontaos de los Eloi.

Los Morlock, aunque cabroncetes, son listos y tienden una trampa al viajero, de la que apenas puede huir, avanzando hacia un futuro más lejano aun. Millones de años más tarde, se encuentra con un mundo desolado, en el que el sol se ha detenido (la tierra ofrece la misma cara todo el tiempo por un fenómeno astronómico que es real); y sobre la superficie del mundo, sólo habitan ya plantas y cangrejos gigantes. A pesar de su terrible experiencia, el viajero decide darse otro paseo, ¿quizás esta vez por el pasado?. Provisto de una cámara, ya nunca sabremos que fue de él. Quién sabe, quizás reaparezca con su maravillosa máquina cualquier día de estos.

La novela resulta algo ingenua pero muy entretenida de leer, y plantea temas muy del Siglo XIX, que siguen estando de actualidad, especialmente la lucha de clases, en la que un grupo privilegiado somete a la gran mayoría a una vida miserable y degradada, lo que acaba desembocando en la decadencia de la humanidad, y en un horrible futuro. El autor pasó por una infancia bastante dura, con lo que conocía de primera mano la dura vida de la clase trabajadora en la época victoriana. Por otra parte, aunque la ciencia que expone es la propia de su época, el autor estaba claramente al día. La tierra acompasa su rotación con el sol, nuestra estrella se transforma en una especie de gigante roja (aunque más fría de lo que ahora creemos, y mucho antes de lo que la ciencia actual nos dice. En aquella época pensaban que la tierra acabaría helada, ahora cremos que terminará chamuscada, pero dentro de cientos de millones de años. Salvo que nos la fundamos antes, claro, o nos caiga encima un asteroide). La descripción del viaje a través del tiempo resulta bastante convicente, a la manera de las novelas clásicas de aventuras del Sg. XIX.

http://es.wikipedia.org/wiki/La_m%C3%A1quina_del_tiempo


La adaptación al cine más famosa la realizó George Pal en 1960. En definitiva, siempre es muy aconsejable releer a los clásicos. ¿Será posible alguna vez viajer en el tiempo? Parece difícil según las teorías actuales, pero de serlo, seguro que no será en una máquina tan elegante como la descrita por HG Wells.

martes, 1 de noviembre de 2011

Las aventuras de Tintin: El secreto del Unicornio (Steven Spielberg, 2011)


Una de las diferencias entre quienes se dedican a una disciplina artística de modo profesional y quienes no, es que aquéllos pueden expresar sus estados de ánimo, obsesiones, o incluso aficiones de toda la vida por la vía artística, y encima obtener un rendimiento de ello. Un escritor puede llenar cientos de páginas exorcizando demonios, un músico puede añadir música a sus confesiones, un pintor puede desafiar a críticos y observadores expresando a brochazos su sensación de soledad en medio de un mundo alienante y opresor, e incluso un escultor puede poner de manifiesto a martillazo limpio aquello que quiere comunicar. Y encima todos ellos pueden sacar sus dineritos de ello.

Del mismo modo, cuando un cineasta es un devoto de determinada creación, puede coger y rodar una película con ello, mientras que el resto de gente nos conformamos con comentar con los amigos aquella obra que tanto nos ha gustado desde siempre. Y eso sí, tenemos derecho a formarnos nuestras propias ideas e imágenes sobre como se representaría en una pantalla tal o cual obra. Así, cuando Peter Jackson rodó las tres partes de El Señor de los Anillos, su representación de los lugares donde transcurre la historia fue muy parecida a la que yo me había hecho al leer las novelas. Supongo que no fue nada exclusivo mío, y se debe más bien a lo exhaustivo que era Tolkien en sus descripciones. Mr Jackson hizo la trilogía que me habría gustado hacer a mi.

Pero cuando Jackson se pone con los presupuestos y la burocracia, y la dirección pasa a Spielberg, hay que pensar que éste, además de su maestría cinematográfica, va a poner mucho de su parte en la elaboración de la historia. Es decir, Spielberg no se limita a llevar al cine una aventura de Tintin, como todos los aficionados a la obra maestra del comic belga haríamos. No, él no adapta. Él elabora Tintin.

Me explico: cuando uno se entera de que se prepara una película sobre “El secreto del Unicornio”, piensa que estamos hablando de esa aventura, y en todo caso de “El tesoro de Rackham el Rojo”, que va a continuación y forma un conjunto con la primera. Pues nada de eso. Resulta que el viejo Spielberg coge una parte y la esencia argumental de la primera, introduce elementos de “El cangrejo de las pinzas de oro” y por supuesto de “El tesoro...”, nos presenta un Tintin que a ratos sugiere más a Indiana Jones, lo mezcla todo, se rodea como es habitual del mejor equipo humano y técnico posible, vuelve a recurrir al infalible John Williams para la banda sonora, y saca de su chistera una peli de aventuras enorme, de esas que uno piensa que merecerá un lugar en una historia del cine de animación, o de semianimación, como es el caso.

Aconsejo puntualidad, porque sólo los créditos del principio, que me atrevería a calificar de muy sesenteros, y con una música de clarinete (o saxo tenor, que uno no llega a tanto) muy dinámica, aportan más que muchas películas enteras. Los primeros minutos sirven para ubicarse, más que en la trama propiamente dicha, en el ambiente que se crea mediante la técnica de animación basada en tomar personajes reales y crearles capas virtuales para simular muñecos en 3D (sé que tiene un nombre pero no recuerdo cual). Yo he visto intencionadamente la versión en dos dimensiones, porque al contrario de la tendencia actual, pienso que en la mayoría de casos, el llevar unas gafas incómodas y pasarse la peli tratando de evitar ser agredido no aporta gran cosa por norma general. La técnica funciona, y muy bien, aunque tengo que decir, para decepción de una contribuidora asidua de este blog, que Daniel Craig apenas es reconocible en su doble papel de doble malo de la peli.

Es, aceptando que la historia parte casi más de la mente de Spielberg que la de Hergé, una película de aventuras exuberante, espectacular, de buen ritmo, y tremendamente divertida. Por supuesto, Spielberg no ha renunciado a homenajearse a si mismo, tanto por crear una especie de Tintín Jones, como al hacer que Haddock diga, masticando las palabras, "nadie-me quita-mi barco". ¿A qué os suena?


El final de la peli apunta claramente a una continuación. Evidentemente tendrá que basarse en "El tesoro de Rackham el Rojo". Me pregunto qué otras aventuras aparecerán mezcladas y cuánto pondrá Spielberg de su parte.

Información a padres y madres: aunque sea de animación no es una peli infantil, y mucho menos para menores de cinco años. ¡Rayos, truenos y centellas!

Llamp de llamp de rellamp!