domingo, 25 de septiembre de 2011

“No habrá paz para los malvados”

Después de leer las casi dos páginas que Carlos Boyero escribió sobre esta película en “El País” del domingo 18 de septiembre, en vez de hacer caso a mi ángel malo, que me aconsejaba ver cualquier otra, decidí hacer caso al ángel bueno y darle una oportunidad. ¡Tal vez tantos elogios tengan un buen fundamento!.

Pero nada más empezar la película me sentí presa del “SINDROME LE-LE” (Síndrome del Letargo Legañoso) al que denomino así porque cuando lo padeces no llegas a dormirte del todo pero da tiempo a que en tus ojos comiencen a formarse legañas. Un sopor plano del que solo despertaba cuando Coronado (¡no quita la cara de cabreado el tío en toda la película!) hacia uso, bueno más bien abuso, de su enorme pistolón, muy al estilo de “Harry el Sucio” pero sin su gracia y sus frases demoledoras.

Si un borracho, muy muy borracho, después de echarle de un bar a las tantas de la mañana va dando bandazos de un lado al otro de la calle, con la visión borrosa y con un más que evidente temblor de manos, recala en un perdido club de alterne, perdido en un polígono industrial vacio a esas horas, para exigir que le atiendan pese a estar cerrado, lo más probable es que reciba una tunda de campeonato y termine tirado, molido a palos o medio muerto, en cualquier cuneta. Aquí, como el borracho en cuestión es poli, de repente tiene todos sus sentidos alerta, es él quien reparte estopa y, no contento con ello, mata a todo bicho viviente, menos a uno que se escapa, sin ningún motivo aparente.

Suponemos, porque Urbizu no lo cuenta, que Santos Trinidad (haciendo honor a su nombre que habla de “tres en uno”) arrastra una vida muy perra que le ha llevado a ser el policía que es: Un cabrón sin escrúpulos ni conciencia, que se pasa las ordenes del Comisario por el forro y que desaparece cuando se “le pega la gana”. Remueve cielo y tierra para encontrar al fulano que se le escapó (“mecaguen”) y en su particular cruzada resulta que desentraña una trama terrorista, lo que casi lo exime de sus culpas.

Vale que Coronado en su papel de poli “hijoputa” asusta un poco. Admito que en algunos momentos Urbizu logra recrear ese ambiente cruento y hostil propio de los bajos fondos. Pero es que si no te crees el principio te da igual el conjunto. La jueza pija desentona que no veas, y en cuanto a Juanjo Artero cada vez que aparece te preguntas donde está su compañero de la serie de TV “El Comisario” (ese que salía siempre con unos pantalones rojos de cuadros).

Entiendo que en España, donde no es habitual que se haga cine negro, esta película sorprenda e incluso pueda gustar. Pero de ahí a encumbrarla como ha hecho buena parte de la crítica hay un abismo.

En el mismo fin de semana he visto “Brooklyn's Finest”, película de Antoine Fuqua que trata sobre la misma temática. En el duelo pierde “No habrá paz para los malvados”.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Un gamberro de Ganímedesss...



En septiembre de 2009, Tony Garchinsky, vecino de Grimsby (un pequeño pueblo cerca de Toronto), se llevó una desagradable sorpresa. Alguien había destrozado el parabrisas de su todoterreno; sin duda algún gamberro con alguna cerveza de más. Lo curioso es que la piedra con la que se había cometido la fechoría estaba al lado del vehículo, partida en cinco trozos. Afortunadamente, la familia Garchinsky tenía un seguro a todo riesgo, y guardaron los fragmentos para poder demostrar el pequeño siniestro ante la compañía aseguradora.

Unos días después, la madre de Tony vio un programa de televisión en el que hablaban de un espectacular meteorito que había caído en la zona, justo la noche del ataque del supuesto gamberro. Yvonne Garchinsky pensó que quizás, al final, el culpable no era el jovenzuelo maleducado de la esquina, sino alguien un poco más lejano…y envió un correo comentando el caso a los investigadores de la Universidad de Ontario. Phil McCausland leyó el correo, y al día siguiente se desplazó para ver a la familia Garchinsky. Una vez en su casa, un breve vistazo a los restos de la “piedra” bastó: “Enhorabuena: han encontrado un meteorito”.

Y no era un meteorito cualquiera, sino restos de uno de los mayores meteoritos caídos recientemente. Su cruce a través de los cielos del sur de Ontario la noche del 25 de septiembre fue espectacular, emitiendo una intensa luz verdosa que incluso proyectó sombras claramente. Los científicos fueron capaces de reconstruir con fiabilidad su trayectoria, gracias a una red de cámaras que graban constantemente el cielo en busca que estos viajeros interplanetarios. El análisis posterior reveló que se trataba de un meteorito común, compuesto de condrita, y que pesaría 30-50 kilos, procedente del anillo de asteroides situado entre Marte y Júpiter.

http://www.skyandtelescope.com/skytel/beyondthepage/127998113.html

Todos los protagonistas de esta interesante historia tienen suerte de que los eventos de este tipo en el mundo anglosajón tienen más repercusión y difusión que las mismas historias de nuestro entorno. La estupenda revista “Sky and Telescope” la publica en su número de octubre, haciendo las delicias de miles de frikis que sueñan, como yo, con descubrir algún día un cometa, o al menos, un humilde meteorito. Y sin embargo, ¿cuánta gente conoce su contrapartida manchega?. Pues resulta que el 10 de mayo de 2007, una inmensa bola de fuego aterró a los tranquilos habitantes de la Mancha. Esa tarde, un enorme meteorito de eucrita (el primero que se localiza en España de ese tipo), atronó por encima de la inmensa llanura, y acabó despedazado en Puerto Lápice. En realidad, fue visible en casi toda España, con una espectacular magnitud de -14. El meteorito procede probablemente del asteroide Vesta.

España dispone también de una red de seguimiento de meteoritos, y los científicos fueron capaces de recuperar numerosos fragmentos en los olivares y viñedos de Ciudad Real y Toledo. (Red de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos)

http://www.elpais.com/articulo/futuro/meteorito/Puerto/Lapice/viajo/millones/anos/elpepusocfut/20090401elpepifut_1/Tes

http://noticias.terra.es/2008/genteycultura/0124/actualidad/un-meteorito-que-cayo-en-espana-impacto-cerca-del-puerto-lapice-00.aspx

http://www.lpi.usra.edu/meteor/metbull.php?code=45984


En realidad, no es demasiado raro ver de vez en cuando un meteorito especialmente brillante (cuando su magnitud supera el brillo de Venus, -3, se denominan “bólidos”). Yo he visto un par de ellos, uno muy brillante, que vi conduciendo (yo con mi coche, no el bólido...) por una zona con mucha contaminación lumínica. Cuando veamos uno, mejor que asustarse y llamar a Iker Jiménez, conviene fijarse en su dirección, luminosidad y duración, y si podemos capturarlo con una cámara, mucho mejor. Después, podemos contactar con la red de investigación, cumpliendo así con nuestro deber de buen friki…

http://www.spmn.uji.es/espanol.html

En esta animación de la SPMN podemos ver su origen (Vesta), su caída en un bonito olivar, y la curiosa forma y color de los fragmentos (negros por fuera y blancos por dentro)

http://www.youtube.com/watch?v=5rItPh7JHEc

En este enlace se da mucha información científica sobre este fenómeno.

www.lpi.usra.edu/meetings/lpsc2008/pdf/1815.pdf

domingo, 18 de septiembre de 2011

El origen del planeta de los simios, o Arma Letal 113


La historia del cine de ciencia ficción está llena de pelis que recogen de uno u otro modo el terror ante el apocalipsis biológico, desde La Invasión de los Ultracuerpos hasta cualquiera de Mortadelo y Filemón (por aquello del profesor Bacterio). No es tan común que dicho argumento sea utilizado para enlazar con un clásico de varias décadas atrás, y me atrevería a suponer que son muy contados los casos en que la película actual se constituya en precuela del clásico en cuestión. Éste es el caso de el “El origen del planeta de los simios” (Rupert Wyatt, 2011), y por sí solo sería ya motivo para despertar interés por la película.

La trama es conocida: en el contexto de la investigación de soluciones farmacológicas para la enfermedad de Alzheimer que aqueja a su padre, un biólogo de una empresa farmacéutica lleva a cabo algunos experimentos disfuncionales, pero también consigue una cría de chimpancé que desde el principio muestra una inteligencia y una capacidad de comunicación y conocimiento de su entorno que ya quisiera el PP para su candidato a la Moncloa. El animalito en cuestión (que sí podríamos calificar de monosabio y no los auxiliares taurinos) va creciendo en secreto pero en la medida que madura su personalidad -con perdón-, desarrolla el previsible conflicto de lealtades e inquietudes personales y de ubicación en el mundo que no puede acabar bien. Hay que decir en favor de los primates que a la hora de escoger entre acamparse en la entrada del Golden Gate Bridge y liarla parda escogen esto último para regocijo del espectador. De ese modo en unos cuantos minutos de acción desmedida se ventila todo, en lugar de perdernos en inacabables asambleas con temas a aprobar por unanimidad.

Es cierto que contiene bastantes elementos recurrentes (malos que son tan cabrones que no dejan lugar a dudas, ambición de la industria farmacéutica, esta sociedad nuestra que siempre oprime a los buenos y los transforma en rebeldes porque el mundo los hizo así, protas guapísimos que por lo menos se emparejan enseguida y no lo pringan todo demasiado de miel, etc), es verdad que la batalla final es poco creíble, si se me permite la expresión, y que la actuación policial es de pesadilla. Pero por otro lado contiene un planteamiento original, está muy bien hecha, no se hace larga y es divertida. Mi opinión es que un friki que se precie tiene que verla.

Yo he creído ver un guiño al clásico en una aparición fugaz en una pantalla de televisión de Charlton Heston, aunque yo diría que se trata de Los Diez Mandamientos, y no de El Planeta de los Simios. También veo, aunque reconozco que esto puede ser más deseo mío que realidad, un par de pequeños homenajes a 2001: Una odisea del espacio, contemporánea de la cinta de Franklin J. Schaffner.

¿Que a qué viene lo de Arma Letal 113? Pues eso, que la veáis.

Consejo: si vuestro vecino adopta un chimpancé adorable, no discutáis y emigrad.

“El árbol de la vida”

Terrence Malick plantea la existencia humana como resultado de una elección entre la religión (con sus dogmas de fe y sus dictados que no buscan agradar sino poner a prueba porque escapan a toda comprensión humana) y la evolución natural (que supone admitir que estamos en el mundo por puro azar, que no trascenderemos, aceptar la insoportable levedad del ser).

En un acto de contrición, los personajes entablan un dialogo sordo con Dios y consigo mismos, resultado de su incapacidad para expresar a los demás, ni con palabras ni con gestos, sus sentimientos. Así cohabitan en el mismo hogar, sin rozarse, el dolor de estar vivo y sentirte muerto; la ira que te empuja a desear la muerte de otros; el sufrimiento intolerable por la muerte real no deseada. Diferentes formas de enfrentarte a la pérdida: Pérdida de la confianza, del amor, de la inocencia y, por último, de un ser querido.

Malick es capaz de transmitir un tropel de sentimientos solo a base de miradas: Miradas fijas, vacías, extraviadas, soñadoras, que reflejan desconsuelo, desanimo, anhelo de ser aceptado, odio… Primeros planos que junto a la música, parte importantísima de la película, te hablan sin necesidad de palabras.

No es una película fácil. No es lineal en el tiempo y en la primera parte su explicación del “Big bang” (un caleidoscopio de luz, formas, ríos de lava, nebulosas), la gran explosión que dio origen al universo, para intentar entender el final de la existencia, aturde, confunde y también, es cierto, aburre un poco porque el director se regocija demasiado en ello

Al igual que en la maravillosa “La delgada línea roja”, Malick intenta discernir el significado de la vida y de la muerte desde un punto de vista místico que aspira a ser universal, seas creyente o no.

Brad Pitt, excelente en su papel de padre tiránico y duro. Excelente Jessica Chastain, esa actriz pelirroja, frágil y etérea, como madre sumisa y a la vez nexo de unión familiar. Sean Penn es solo una sombra en el conjunto… ¡pero qué sombra!.

Una mezcla de música, imágenes, colores, silencios y palabras entrecortadas que, aunque de manera muy poética, te hacen ver lo dura que es la soledad. Sentí mucha tristeza

martes, 13 de septiembre de 2011

Recorriendo la galaxia de la mano de Jodorowsky


El chileno-francés Alejandro Jodorowsky es un tipo curioso donde los haya. Imitando a los sabios renacentistas, Jodorowsky es escritor, actor, poeta, director de cine y teatro, compositor, guionista y dibujante. Interesado también en la psicoterapia, esta se le quedaba corta, y decidió inventar una nueva disciplina, la “psicomagia”, basada en el psicoanálisis y en ritos chamánicos.

http://es.wikipedia.org/wiki/Psicomagia

La familia de Jodorowsky procede de las comunidades judías de Ukrania, Polonia, Lituania y Alemania. Comenzó su andadura en Chile, trabajando en el teatro y el mimo. Fue un precursor del teatro de improvisación, tan de moda actualmente. En 1953, abandonó Chile, y se dedicó a viajar, recalando en México y sobre todo en Francia. Después de colaborar en el movimiento surrealista, se interesó por la psicoterapia, estudiando con el mismísimo Erich Fromm, y también por la meditación zen.

Por su parte, el francés Jean Giraud (Moebius), menos polifacético, ha centrado su carrera el cómic de fantasía y ciencia ficción, realizando una importantísima aportación al género. En 1980 ambos genios colaboraron en la creación del cómic “El incal”. El trabajo duró 8 años, y el resultado es uno de los grandes clásicos del cómic de ciencia ficción y fantasía. A lo largo de sus casi 300 páginas, podemos disfrutar de las extrañas aventuras de divertidos personajes: el principal protagonista, John Difool, un modesto detective privado, que siempre viaja con su curioso pajarraco de cemento (Deepo), el experto luchador Metabarón, la bella Ánimah, y una multitud de seres extraños, que parecen salidos del más surrealista de los sueños. El cómic refleja el rico y extraño mundo de Jodorwsky, y está ilustrado con una perfección asombrosa por Moebius.

La obra de ambos autores ha tenido mucha influencia en la ciencia ficción. Ambos trataron de llevar al cine la novela de Frank Herbert, “Dune”, y aunque el proyecto fracasó, el trabajo realizado fue reaprovechado en “La Guerra de las Galaxias”, “El Quinto Elemento”, “Alien”…
Reconozco que no tenía este cómic, y he podido disfrutarlo gracias al regalo de mi amiga Laura, en una excelente edición de Norma Editorial. Pensaba que la obra sería difícil, en la línea de “el garaje hermético”, pero en realidad resulta entretenida, llena de humor, acción, aventura, erotismo y sorpresas.

http://creeloquequieras.blogspot.com/2011/07/el-incal-por-jodorowsky-y-moebius.html

miércoles, 7 de septiembre de 2011

CRIMEN EN DIRECTO


RYAN DAVID JAHN

Ryan David Jahn, es un autor estadounidense que alcanzo el éxito con su primera novela, Act of violence o good neighbors y traducida al castellano como Crimen en directo, escrita en el año 2009 y por la que le fue concedido el premio de la CWA (The Crimie Writter’s Association) en el año 2010.

La novela está basada en un hecho real ocurrido en Brooklyn en marzo de 1964 que conmociono a la sociedad, no tan solo por el “acto de violencia” que representó sino por la reacción de la comunidad frente al mismo.

El argumento se inicia cuando la protagonista Katrina Marino tras una dura jornada laboral regresa a su casa, ya entrada la madrugada, y recibe un brutal agresión. Son pocos los pasos que la separan de la seguridad de su casa y del teléfono con el que pedir socorro, pero las graves heridas que padece le impiden alcanzar su objetivo…. . Sus enormes ganas de vivir se materializan en forma de gritos pidiendo auxilio y a pesar de que su voz es escuchada por algunos vecinos de bloques cercanos, parece que por el momento son incapaces de reaccionar….mientras tanto su vida se debilita y ella yace merced de nuevos peligros.

Alrededor de la historia de katrina y en paralelo a ella, se nos presentan los diferentes protagonistas secundarios. Se trata de oyentes y espectadores de los acontecimientos que imbuidos en sus propios problemas van delegando en otros la decisión de actuar. Así se nos presenta al joven que se debate entre la atención a su madre postrada en cama y completamente dependiente de él y la citación para luchar en Vietnam; o los vecinos que empiezan la noche con un lúdico intercambio de parejas y que con el paso de la horas ven aflorar sus miedos y demonios; o el hombre solitario que se escuda en una mujer e hija imaginarias y que de pronto se ve protagonizando una relación homosexual…

Son historias de vida un tanto complejas y por ello resulta sorprendente la capacidad del autor para describir a los personajes acercándose empáticamente a ellos y sin juzgar sus acciones, de tal modo que aunque no podamos compartir su manera de proceder es posible entender sus motivaciones y la conducta colectiva a la que dieron lugar con la misma.

De hecho a partir de la respuesta de los vecinos, frente al suceso se inició una investigación en el ámbito de la psicológica social del fenómeno que se denominó síndrome Genovese o efecto espectador. Se trataba de encontrar explicación a la “omisión de socorro” de los múltiples implicados y se llegó a establecer que la inhibición se producía porque cada uno de ellos asumía que los otros, a veces mejor preparados que uno mismo, acudirían en auxilio de la víctima.

También me parece destacable el ritmo de la novela que te engancha ya en las primeras páginas y que te mantiene en vilo hasta el final ……. Y hablando del final recomiendo para aquellos que no la halláis leído y que estéis tentados de hacerlo que no busquéis muchas referencias al caso pues al estar la novela basada en un hecho real se puede conocer el desenlace y tal vez pierda interés………aunque se que escritores como Connolly han hecho referencia en alguno de sus libros a este caso y algunos difícilmente lo desconoceréis.

martes, 6 de septiembre de 2011

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

En un tiempo no tan lejano, nos contábamos nuestras cosas por carta...


Las Islas del Canal (De la Mancha) son una curiosa posesión inglesa en la costa francesa. Se trata de las Islas de Jersey y Guernsey, y algunos islotes más. Su pequeña superficie (195 km2) alberga una población de 150.000 habitantes. Aunque son dependencias de la Corona Británica, no forman parte del Reino Unido ni de la Unión Europea. Están divididas en dos “bailiazgos”, Jersey y Guernsey. Su peculiar estatus deriva de la compleja historia de conquistas entre los reyes ingleses/franceses y normandos. Sus ciudadanos tienen pasaporte británico. El idioma nativo de las Islas Anglonormandas es un dialecto del francés normando.



Pero quizás lo más interesante de estas islas es su historia reciente. Durante la Segunda Guerra Mundial, fueron la única parte de suelo británico ocupada por Alemania. En junio de 1940, el gobierno inglés había desmilitarizado las islas, declarándolas indefendibles. A toda prisa, se preparó una evacuación, durante la cual 17.000 personas se refugiaron en Inglaterra. La mayoría, niños, en un episodio que recuerda al terrible episodio de los “niños de la guerra” enviados por la República Española a Rusia durante la Guerra Civil.


Esta ocupación fue muy dura para los isleños. 2.000 fueron deportados, y los judíos, fueron enviados a campos de concentración y exterminio. Los alemanes desplazaron a muchos trabajadores esclavos del este para construir fortificaciones. Incluso llegaron a construir un campo de concentración en el que murieron al menos 700 prisioneros. La Armada inglesa sometió las islas a un cerco, especialmente al final de la Guerra. Las condiciones se volvieron tan penosas, que en diciembre de 1944 se permitió la llegada del buque Vega, de la Cruz Roja. Curiosamente, los aliados no liberaron este territorio hasta el día después del final de la Guerra en Europa (9 de mayo de 1945).


Estos dramáticos acontecimientos han servido de base a una curiosa novela epistolar, con el rocambolesco título de “La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey”. Con ese título, reconozco que nunca se me hubiera ocurrido comprarla. Afortunadamente, una amiga me la regaló este verano.




La autora, Mary Ann Shaffer, recrea esta época a través de un cruce de cartas entre la protagonista, una valiente, poco convencional, inteligente y divertida periodista y escritora inglesa (Juliet Ashton), con los peculiares y a veces disparatados habitantes de la isla. La pequeña novela realiza un homenaje a la literatura clásica, especialmente a la inglesa, recurriendo al humor fino, que permite suavizar terrible dureza y crueldad de la época. La novela rinde homenaje a diversos escritores, especialmente al desgraciado ensayista Charles Lamb. En ocasiones, resulta un poco confusa por la diversidad de personajes que aparecen y su estructura coral, pero mantiene el interés gracias al carácter de su divertida protagonista, y alguna que otra sorpresa del guión…

http://en.wikipedia.org/wiki/Charles_Lamb



Cualquiera que pertenezca a algún club o sociedad literaria, como es mi caso, se verá reflejado en las divertidas crónicas de las sesiones dedicadas a discutir sobre nuestros libros más queridos (u odiados). La novela transpira amor por la literatura y los libros, pero también por la naturaleza, la libertad y la nobleza de carácter. No es sorprendente leer que su autora fue bibliotecaria y librera. Por desgracia, no podrá disfrutar de su éxito tardío como autora, ya que falleció hace poco.
























domingo, 4 de septiembre de 2011

"Cowboys & Aliens

Mujeres hedonistas de todo el mundo, nuestra eterna búsqueda del goce ha terminado. Daniel Craig encarna el placer adulto para disfrutar con los cinco sentidos: Con la vista porque no hay mayor deleite que verlo caminar: ¡Que elegancia, que porte, que sensualidad!. Con el gusto, porque no dejas de relamerte cada vez que ofrecen un buen plano de su magnífico culo (y ofrecen bastantes). Con el tacto porque no te resulta difícil imaginarte entre esos brazos fuertes y poderosos…¡ay!. Con el oído porque el doblaje que le han puesto, una voz ronca y parco en palabras, te hace suspirar toooooodo el rato. Y con el olfato, porque aunque no percibes su aroma, te hueles que sea el que sea te dará igual porque el conjunto es irrepetible. ¡Como coge el pitillo, como agarra el vaso acodado en la barra del bar!. ¡Gracias al responsable de esos primeros planos de su rostro curtido, que parece cincelado en roca, y de esos ojos azules fríos como el acero!.

Tras demostrar mi admiración por el susodicho, quiero decir que todo intento de analizar esta película buscando homenajes, referencias o similitudes con otras de cualquiera de los géneros que aúna, es una pérdida de tiempo porque, tanto si existen como si no, resulta irrelevante. Se trata simplemente de un puro divertimento. Un espectáculo para recrearte y no pensar (algo que a veces se echa en falta). ¡Yo me lo pase genial.

No importa si la historia es un poco absurda. Tienes una del Oeste, perfectamente ambientada con su salón, forajidos, indios, un sheriff pardillo, el amo del pueblo y un duro con su corazoncito. A eso le sumas una de ciencia ficción, con muy buenos efectos especiales (destaca el espectacular brazalete) pero en la cantidad justa para no cargarse la historia. Con esos ingredientes Jon Favreau obtiene una mezcla que te intriga, te hace sonreir y sobre todo te entretiene. Este director no sé que hace pero con sus pelis (“Ironman” e “Ironman 2”) logra que me divierta mucho en el cine. Tal vez no sean grandes películas pero son muy muy entretenidas.

Harrison Ford, muy acertado en su papel, y Craig forman un tándem perfecto: Dos adversarios fuertes que acaban trabajando codo con codo, cada uno en su estilo. La que desentona en el conjunto es la escuálida Olivia Wilde porque cuesta un poco creer que con ese físico pueda hacer algunas de las cosas que hace. Del resto de los actores me quedo con David O´hara (Henry Howard, en “Los Tudor”), del que no queda ni un cachito…. ¡con lo bien que me cae!.