jueves, 14 de abril de 2011

PASTILLEROS


En la sociedad actual, que busca la satisfacción inmediata, el esfuerzo se ha convertido en un valor obsoleto. Hemos pasado de una cultura que ensalzaba la marca “hecho a sí mismo” (que suponía trabajo duro, empezar desde abajo y subir por la escala social peldaño a peldaño) a otra que enaltece llegar rápido y sin despeinarse. Máximo rendimiento mínimo esfuerzo. Acorde con estos nuevos tiempos la solución para cualquier problema, rápida, efectiva y de efectos inmediatos, se nos presenta en forma de PASTILLA. Veamos.

Si te sientes cansada después de agotadoras sesiones de trabajo fuera de casa, rematadas con otras no menos agotadoras sesiones dentro, un “Pharmaton complex”, complejo vitamínico en forma de capsula de color marrón, te espabila y devuelve a la vida.

Que tu problema se enmarca dentro de la denominada “disfunción eréctil(http://es.wikipedia.org/wiki/Disfunci%C3%B3n_er%C3%A9ctil), la famosa pastillita azul, cuyo nombre no hace falta escribir porque es de sobra conocido, te convierte, de la noche a la mañana, en un “asalta camas” feroz.

Si “el día antes”, durante el botellón, perdéis la conciencia de vosotros mismos y no ponéis CONTROL en vuestras vidas, o lo hacéis mal, cabe la posibilidad de que decidáis recurrir a la píldora “del día después” para solucionarlo.

En el gimnasio machacarse a lo bestia no basta por lo que consumir esteroides (http://es.wikipedia.org/wiki/Esteroide) en forma de “pastillacas” ayudara a que te salgan músculos hasta en lugares insospechados. Eso sí, siempre hay que tomarlas con prescripción de tu entrenador de sala (como dirían los chicos de “Muchachada Nui”, imitando a Hulk Hogan).

Si después del gimnasio, debido a los excesos, acabas con alguna contractura un “Mio Relax”, pastilla relajante muscular, y listo. Te encontrarás con que, si normalmente te dormías en el sofá después de cenar viendo la tele, te despertarás al día siguiente apoyada en el quicio de la puerta porque no te dará tiempo ni a sentarte, ¡hasta ese extremo relajan!.

Cuando tu problema reviste la forma de kilos de más y la palabra “ejercicio” no entra en tu vocabulario y la dieta es algo impensable, por ahí pululan cientos de pastillas milagrosas que te prometen perder peso rápidamente, haciendo que te veas bien por fuera aunque probablemente te dejarán peor por dentro por la cantidad de efectos secundarios que suelen tener.

Y que decir de las pastillas para dormir, salvo que son todo un clásico… sobre todo por la adicción que crean.

¡Hasta los coches tienen pastillas, eso sí “de freno”!, las únicas que nos vendrían bien a todos antes de decidir automedicarnos. ¿No estáis de acuerdo?.

4 comentarios:

  1. Y la conexión cine-pastillas. Seguro que te daría para otro artículo.
    De pequeño era adicto a las pastillas de leche de burra que vendían en la tienda de ultramarinos de la esquina.
    De mayor me he enterado que la leche de burra es la segunda más dulce después de la de mujer.
    Creo que aquí hay un nicho de negocio inexplorado.

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  2. Yo me quedé con las más inofensivas pastillas Juanolas...
    Divertido artículo, Teresa. Saludos,Juan

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  3. ¡Todos pastilleros!. Pongamos un puestecillo para vender pastillas de leche de burra (pero yo no pienso ordeñarla). ¡Ah! y quiero unas pastillas con mi nombre: Si Juan tiene las "juanolas", yo quiero unas "teresolas".

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