viernes, 18 de junio de 2010

SABINA EN CONCIERTO

Apenas transcurridos 5 minutos de la hora oficial de comienzo, las 10,30, se oscurece la plaza y se ilumina el escenario. Suenan potentes los acordes de “Tiramisú de limón”, primer single del ultimo disco “Vinagre y rosas”, compuesto a medias con los chicos de Pereza, y que anuncia el ritmo que marcará todo el concierto, más electrico de lo que es habitual en Sabina.

Su esperada aparición, bombín y levita negra, dispara la euforia ya bastante desatada gracias a la ardua labor de los “MOCHILAMAN” que al hacer suyo el lema “No vayas a la barra, la barra vendrá a ti”, han multiplicado el consumo de cerveza (por cierto mi protesta porque incluso en este trabajo, la mujer es invisible: Pese a haber varias repartidoras no llevaban cartel de “MOCHILAWOMAN”). Tras los primeros vítores y aplausos declara ser un placer tocar en la “sala de estar” de su casa lo que todos agradecemos. A continuación recita un soneto, supongo que propio, en el que alaba a Toledo con lo que termina de ganarse al respetable.

En el ruedo los incondicionales que no concebimos escuchar a nuestro ídolo de barro sentados en la dura piedra de la plaza de toros, sin movernos, y gentes de procedencias varias. En las gradas los dispuestos a prestarle su atención pero salvando las distancias.

En Toledo, ciudad de las tres “c” (cuestas, cadetes y curas), reconozcámoslo, mezclar en la misma frase la palabra “puta” e “hijo de un dios” chirría y produce un instante incomodo. Si seguimos con referencias a “follar” y “chuparla” … Sabina, sabedor, mirada ladina y sonrisa irónica se percata de sobra y sigue con lo suyo.

Se nota el oficio. Músicos geniales con una química sobre el escenario que llega al público tan heterogéneo que coreamos al unísono las nuevas canciones, las viejas y las tuneadas (“Princesa” a ritmo de rock levanta pasiones). La representante femenina, físico potente, mirada seductora, sonrisa picantona y voz acorde, encandila en su representación y acompañamiento de “La Magdalena”.

El repertorio muy de mi agrado pues aglutina varias de mis canciones favoritas. “En el bulevar de los sueños rotos”, esa maravilla escrita a medias con uno de los hermanos Urquijo y dedicada a la inigualable Chavela; “De sobra sabes, que eres la primera”, “Quien me ha robado el mes de abril”, “Calle melancolía”…. Y para terminar:

“.. Entre todas las vidas yo escojo
la del pirata cojo,
con pata de palo,
con parche en el ojo,
con cara de malo.
El viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera por bandera
un par de tibias y una calavera…”

Dos horas y media de música, espectáculo y comunión espiritual, en un recinto no sagrado, pero adorando a un hombre que sobre el escenario es casi un dios.

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