lunes, 24 de mayo de 2010

El principe de persia

Nada mas empezar encontramos una escena copiada casi literalmente de una de las mejores películas de aventuras que existen “El temible burlón” con el fantástico Burt Lancaster. Si, esa en la que, perseguido por cientos de guardias en un mercado atestado de gente, consigue darles esquinazo a base de equilibrios, giros y volteretas, pasando de una barra a otra, colocadas en la pared a modo de trapecios, en una demostración genial de sus dotes acrobáticas reales y que, como reales que son, confieren a la escena una credibilidad y ritmo que desde luego Jake Gyllenhaal está muy lejos de alcanzar.
Cuando se inicia la persecución a caballo del Príncipe Dastan por los terribles Assassin, asesinos a sueldo tipo ninjas contratados por el Príncipe Nizam (Ben Kingsley), es una recreación idéntica de los Nazgul, Jinetes Negros de “El Señor De Los Anillos”, persiguiendo a los hobbits.
Y sigue la cosa: Los ojos azules del jefe de los asesinos, un sacerdote del templo, el uso de drogas para tener visiones y su control sobre serpientes que surgen amenazadoras de las arenas del desierto pertenece a “Dune”, fantástica novela de ciencia ficción escrita por Frank Herbert y que David Lynch llevó al cine con resultado poco acertado. En ella la Hermandad Bene Gesserit, poderosa orden femenina cuya prioridad es la preservación de la raza humana, también consideradas como brujas por sus poderes mentales y físicos, utiliza la especia o melange, producida por los gusanos de arena, gigantescos animales que controlan el desierto, para ejercitar sus dotes premonitorias.
Por ultimo rememoramos una de las mejores secuencias de “Indiana Jones y la ultima cruzada”. Cuando Indiana llega al templo del Grial, guiado por el diario de su padre, debe sortear diversas trampas para acceder a una sala donde un caballero de la primera cruzada lo ha escondido entre muchas copas falsas. Entre dichas trampas destaca un camino de baldosas donde, si no pisas la correcta, éste se derrumba estrepitosamente. Pues esto mismo aparece en “El Príncipe de Persia” cuando los protagonistas quieren acceder al lugar donde está el reloj de arena. ¿Os parece poco?
Bueno pues si a todo esto le añades que Jake Gyllenhaal (pese a aparecer inflado como si fuera un corn flake de Kellog’s, a base de horas de gimnasio y tal vez algún que otro esteroide) no da el pego de chico criado en la calle porque tiene ojillos de perrillo tierno que cuando te mira parece estar pidiéndote:”Por favor, por favor, achúchame”. Pues……
En fin. La película no es mala, sino malísima. No se salva absolutamente nada ni actores, ni historia, ni paisajes, ni música, ni fotografía, ni…. Una más para la sección: TIRAR 6 EUROS (bueno en este caso fueron 8 que la vi en un cine de Madrid y me costó más).

1 comentario:

  1. La adaptación de videojuegos al cine suele ser mala, excepto quizás "resident evil"...

    Saludos, Juan

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